La amo infinitamente;
El sentimiento es inefable;
Ella se arraiga en mi mente;
Saber de ella me vuelve amable.
La vida no es bella;
Los momentos abundan de tristeza;
Me alivia saber de ella;
Esta mujer plasma nuestra pureza.
Ell es lo que más amo;
No ser correspondido su sentir es su peor pecado;
La distancia, antagonista que nos mantiene alejados;
En la soltería plasmará la muerte de un ser apasionado.
La amo, a tiempos y a locura;
La amo porque siento tranquilidad a su lado;
Me enamora, me excita, saber de ella pierdo la cordura;
Esta mujer virtuosa y malaventurada me tiene obsesionado.
Los "me encantaría" se propagan;
Los "quiero" y "deseo" se hacen demasiada publicidad;
No hay tiempo más que para agonizar;
Decía un corazón confuso que sólo quería descansar.
La amo profundamente, la odio también;
La deseo como a nadie, ella es mi mundo;
Los sueños dejaron de ser vaivén;
¡Qué triste realidad que suplanta un presente iracundo!
Estoy confuso y lleno de dolor;
Quiero renacer el amor que ella sentía por mí;
Deseo en la estela un empuje hacia la ilusión;
Una fe que fallece lentamente en revivir.
La amo, pero... El sentimiento enmudeció;
Las palabras vuelven a ser inefables;
Aquel instante donde sólo era amor ya falleció;
Mis líneas dejaron de coincidir, se volvieron hechos insensibles.
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