miércoles, 22 de febrero de 2017

Poema nuevo: No te puedo querer como amiga

¡Hola! ¿Qué tal? Tal vez sea la última publicación que haga en el mes de febrero, pero no de este blog, por lo que voy a seguir publicando. En fin... Estaba tan aburrido en el trabajo que decidí arrancar una hoja del cuaderno y fue como comencé a escribir este poema que más bien, ya los últimos escritos que he hecho no parecen poesía como solía hacerlos, sino más bien parecen de un adolescente que quiere expresar ese sentir reprimido que tengo y que nadie lo entiende.

La mera neta, este poema es dedicado para la mujer rusa a la que tanto amo como mujer y que sin embargo, ella quiere que la vea como amiga y eso es sin duda, es imposible para mí. Y tuve que hacer este escrito, porque es una forma de sacar toda esa tristeza, todo ese dolor, todo ese resentimiento y toda esa impotencia que siento al ver que me estoy muriendo por dentro, que me estoy ahogando en la mediocridad y sólo por seguir amando a una mujer que, ya prefiere hablar con otros que conmigo. En fin, espero que les agrade. ¡Saludos!

No te puedo querer como amiga;
Mi cuerpo te desea, te anhela;
El sentir ansía rebasar las fisiologías;
Y las emociones expresan su amor más allá de una amistad incompleta.

No te puedo querer como amiga;
Es un insulto no poder corresponderte;
Los límites de una amistad sublevan estas heridas;
Pues, la tristeza es sinónima de no poder tenerte.

Te amo: Como mujer, como complemento;
Te deseo, aquí y a mi lado;
Tus emociones impiden fluir este puro sentimiento;
No puedo quererte como amiga; pues de ti estoy perdidamente enamorado.

La inspiración yace apagada;
Subsisto en un nihilismo de no querer hacer nada;
Ni con brujería podré tenerte encantada;
Ni aún rezándole con toda mi alma al mismo universo de que seas mi amada.

Te deseo como mujer, como amante y como amada a la vez;
Siento un nudo en la garganta que petrifica mi vida.
Ya te perdí, como he perdido la misma fe.
Lo siento, no te puedo querer como amiga.

No puedo quererte así;
Es mi mayor error, mi mayor defecto;
Tu última palabra, aquella que dice "adiós" hasta morir;
¡So pena que jamás pueda recibir tu físico y caluroso afecto!