martes, 25 de agosto de 2015

Poema sobre la Santísima Iglesia Católica

Es una crítica que lanzo hacia la Puta Babilonia por los crímenes de lesa humanidad que siguen cometiendo y siguen imperando en la impunidad.

Santa Iglesia Católica;
Grande y omnipotente como su perversión;
Tan poderosa como sus mentiras bélicas.
¡Dios mío! ¡Hay que tenerle compasión!

Santa Iglesia que prejuicia familias;
Demonios carroñeros que se visten de santos;
Protectores enérgicos de la divina lujuria y pedofilia;
Victimarios soeces que se alimentan del sufrimiento.

Personas inocentes rompen de llanto;
Fieles imbéciles que siguen fortaleciendo a la impunidad;
Seres satánicos que viven succionando el erario;
Y su hipocresía moralista sólo otorga flagelo e infelicidad.

La espiritualidad se ha perseguido;
La intelectualidad la han ensangrentado;
La dictadura de la Santa Inquisición ha reinado;
Y su enferma decadencia ha comenzado.

Santísima Iglesia Católica;
Tan ramera como los partidos políticos;
Tan mierda como la Coca Cola;
Y tan descendiente del diablo como los mafiosos.

Santa Iglesia Católica, protectora de todos;
Aliada al Nuevo Orden Mundial;
Su falsedad convierte la fe en riquezas de cisticercos;
¡Es una joda lidiar con otra transnacional más!

Su historia llena de masacres, guerras y poder;
Falsedad, mentira y cizaña son su identidad;
Se sienten representados por la merced;
Empero la realidad reinan el la crueldad.

Misoginia, homofobia son su odio institucional;
La espiritualidad está secuestrada por ellos;
Su dictadura imperialistas se basa en lo clerical;
Y su herencia del engaño cerebral se debe al poder atrofiado de los plebeyos.

Te encontré, pero nunca fuiste mía.

No suelo poner títulos a los poemas, puesto que no hay un desglose que resalte el título. Sin embargo, tendré que improvisar cada poema que escriba, así como mis escritos. :) ¡Saludos!

Te encontré sin haberte buscado;
Conocí tus virtudes y me ilusioné de ti;
Quise aprovechar el momento para alejarme del pasado;
Pero esto me salió más caro que un rubí.

Conocí tus defectos y ahora tengo miedo de ti;
Tu frialdad desprecia mi nobleza;
La señal me dice de que no eres para mí;
Duele tanto al no estar al lado de esa belleza.

No existe la dictadura absolutista que imponga la perfección;
Tampoco existe una utopía como felicidad;
Sólo existe el sentido ideal de la atracción;
Y al corresponderse, el amor se disfruta con intensidad.

He muerto por tantos intentos fallidos;
Los deseos fueron disueltos por esta ilusión;
El ego que se drogó con el enamoramiento fue abatido;
La suerte malaventurada consumó esta pasión.

Me resignaré a perderte;
Un recuerdo punzocortante me dejarás;
Fue un placer conocerte;
Y yo sé que pronto me olvidarás.