Un poema que no había podido publicarse, pero ahora lo hago. ¡Saludos!
Lucho sin cesar;
Ya perecen mis ganas de dormir;
Lucho para sentir lo que es amar;
O el olvido de viejos conocidos que me condenan a morir.
Lucho por un empleo molero;
Lucho, aún cuando los momentos son cabizbajos;
Lucho en vano, no hay amor correspondido, ni sincero.
Pertenezco al hambre que carece de atajos.
Mis deseos se nublan;
Mis escritos ya se volvieron basura;
Cada día las acciones no me perdonan;
Ni el mismo tiempo que jamás conoció la cordura.
¿Dónde quedó ese sueño iluso?
¿Dónde quedó mi locura que me llenaba de felicidad?
Insatisfecho estoy, cuasi de luto;
La energía utópica fue carcomida por la realidad.
La soledad y la desesperanza;
Dos fieles lobos que me acompañan;
Ambos con su crueldad me atacan;
Estoy muriendo en vida y nadie lo nota, sólo juzgan mi malestar.
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