Noche estrellada y distante;
La frialdad está ausente;
Recuerdos que vuelven a hostigarme;
Incluso de cuando solía hablarle.
El desvelo, tan efímero como mi dinero;
La violencia, tan sádica como las horas extras;
En mi ser sólo escucho silencio;
Y en el exterior sólo percibo suspicacia que me alerta.
La noche en México, tan peligrosa y prohibida;
Desconcertada está la madre tierra;
Las ilusiones están abatidas;
Y los intereses individualistas sublevan estas fatídicas guerras.
Masacres y materialismo;
El ajedrez, el monopoli de las élites;
Controlan masas hasta conducirlas al genocidio;
Holocausto especista del que tanto defienden los débiles.
Duermo, fantaseo, divago;
Es lo único que me queda para no pensar;
Aún cuando acabe siendo un vago;
Me distraigo para no pensar.
Desamores, sueños rotos, desesperanza y muertes;
Duele existir con todo eso;
Divago en esta hermosa y solitaria noche;
Aún con tantos motivos para dormir, sólo eso me mantiene vivo y despierto.
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