Aquí les dejo una historia y espero que les gusten, sólo entiendan el mensaje. Después doy mis comentarios muy particulares al tema ¿Vale? Bueno... aquí va:
En una familia muy adinerada,
había un hijo que era bien cabrón, pues disfrutaba su vida como cualquier rico
con aires de grandeza (era bien fresa); pero como ya estaba grandecito ese
chico, ya pedía grandes cosas, entre esos un carro que veremos esta
conversación satírica y después verán el por qué le cambia su vida:
Chico: Papá, papá!!! Quiero tener
un Mercedes Benz, para que pueda presumirle a mis amigos,a la prole y a los
envidiosos.
Papá: Sí hijo, te lo compraré si
te portas mal.
Chico: Va.
A la segunda travesura que hizo
el chico, los directores de la escuela llamaron a su papá. Mucho después, su
papá habló a solas con el hijo (de la chingada por cierto) de esta manera:
Papá: Hijo, ya mero te compro tu
premio.
Chico: Pues ya te estás tardando
eh? Porque ya lo quiero presumir a esa bola de proles.
Papá: Sí hijo, a la próxima vez
que te portes mal, te compraré ese Mercedes Benz que tú tanto quieres, para que
lo manejes muy duro eh?
Chico: Sí papá.
Después, se porta mal porque
estaba discriminando a una chica porque era becada, era de bajos recursos
(bueno… no podía pagar una colegiatura por condición de ser clase más baja que
la media) y por su color de piel. Para eso, su papá lo cachó cómo se portaba,
pero él muy astutamente contestó:
Papá: Hijo, ya te compré tu
Mercedes Benz, te traje esta venda para que te tapes.
Chico: ¡Qué chido papá! Ahora sí
lo presumiré el carro bien acá.
Después, el papá se llevó al
chico cabrón a un lugar de agencia de microbuses que se llama Zapata, donde
hacen los chasis de los Mercedes Benz, de distintas carrocerías, pero hacen
camiones para transporte público. Y aquí viene lo bueno:
Chico: Papá ¿Ya puedo ver mi
Mercedes Benz?
Papá: Mira, siéntelo por la parte
del cofre.
Chico: A ver, ha de ser una
camioneta bien nice, me voy a destapar mis ojos.
Papá: Hazlo hijo; ese ya es tu
regalo y quiero que lo disfrutes.
El chico se sorprende de que no
es una camioneta, sino un Marcopolo Boxer con chasis de Mercedes Benz y dice:
Chico: Oye, no manches papá!!!
¿Por qué me compraste esa carcacha?
Papá: Hijo, quiero que seas
chófer de un microbús, para que aprendas a ganarte la vida desde abajo y que
todo lo que hago, lo he hecho con sacrificio.
Chico: Pero papá…
Papá: Hijo, entiende que a la
gente no hay que tratarla por el oficio que tenga, por la etnia o la clase
social en la que posea. Sé un hombre virtuoso, honrado y sencillo. Por eso lo
hice para que cambies tu manera de ser.
Chico: :S Ya me cargo la
chingada.
Bien... Espero que les haya gustado esto, quiero que reflexionen que por muy pobre sea el oficio, hay que amarlo y respetarlo; también hay que respetar a las personas por muy diferentes que sean.
¡Ah! ¡Cómo me acuerdo de esto! Cuando iba en la preparatoria, yo quería ser rutero y a mis compas cómo les castraba eso, que hablara a cada rato sobre las rutas y que le tomara fotos a las rutas y bueno.
De hecho, yo luego decía: ¡No mames! ¡Esa ruta está bien chingona! Me da ganas de manejarla en verguiza.
Y mi compa, el Gerardo: No mames, pinche caja de zapatos corriendo.
Yo en aquel tiempo: Güey, pero si va en verguiza ahí por Plan de Ayala, Av. Morelos sur, etc.
Gerardo: Sientes que va hecho hasta la madre porque casi se va desbaratando, pero vete a esa velocidad en esa pinche caja de cerillos en la autopista y no se siente ni madres güey.
¡Qué recuerdos tuve en la prepa! Y me acuerdo que saliendo de la prepa, me iba a meter en la ruta, pero la tonta de mi mamá (como siempre, decidiendo mi futuro) no quiso y creo que fue lo bueno que hizo. Ahora estoy en la Universidad y aunque me vaya de la verga, he aprendido impresionantemente rápido y no precisamente por los pinches maestros retrógrados, sino por mí mismo. Casi como cuando iba en la primaria, pero con un ambiente hóstil de la secundaria. Pero bueno... me he desviado del tema.
Bien... espero que les guste esto y publicaré otro guión sobre el amor. Por cierto... Habrá veces que dejaré de publicar por un rato en el blog por la escuela y la falta de tiempo. Pero también, hoy no publicaré el poema que les había prometido, puesto que no tengo la inspiración necesaria y aparte, a un amigo que tengo, el Féneco no se siente bien y debo de darle consejos de manera fría y seria, pero eso ya les contaré en la otra publicación bien. En la última de ahora. Bueno pues... hasta pronto.
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